Descubre
Calidad y Sensorialidad
¿Sabías que prácticamente todo lo que comemos o bebemos tiene un aroma y que juega un papel clave en la aprobación del producto por parte del consumidor?
En la industria de alimentos y bebidas, el aroma está presente en prácticamente todos los productos, tal como lo encontramos en abundancia en la naturaleza. Se encuentra en jugos, refrescos, bebidas mixtas, carbonatados, energéticos, bebidas alcohólicas, lácteos, helados, snacks, galletas, pasteles, dulces, caramelos, chicles, embutidos, platos preparados y muchas otras categorías.
Su poder es indiscutible. El aroma, que da olor y sabor al alimento, despierta la memoria afectiva y desencadena emociones, lo que facilita entender por qué el sabor es el principal factor de recompra de un producto.
El aroma es una percepción que comienza desde la nariz, pero es capaz de invadir los sentidos, conducir a experiencias sensoriales y referirse a los sentimientos. El universo de aromas y sabores despierta emociones e incluso puede interferir con el estado de ánimo, la llamada mood food. Por eso es tan importante cuando hablamos de desarrollo de productos.
Para entender mejor, los aromas son sustancias o mezclas de sustancias con propiedades odoríferas y/o sápidas, capaces de conferir o intensificar el aroma y/o sabor de los alimentos y bebidas, según lo define Anvisa (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria). En el rendimiento del producto, es extremadamente importante, ya que se trata de la identidad de lo que se está produciendo.
El propósito del aroma en la industria de alimentos y bebidas
El aroma juega un papel clave en la aprobación del producto por parte del consumidor. Y además es extremadamente delicado, ya que es muy sensible a cualquier variación. El consumidor ciertamente se da cuenta cuando ocurren estas variaciones. A veces, puede que no sepa verbalizar lo que se ha cambiado, pero nota y señala la diferencia.
El proceso de creación y desarrollo de un aroma es el resultado de un universo complejo y maravilloso que combina conocimientos altamente especializados sobre materias primas, tecnologías, legislación, productos finales y deseos del consumidor. Además de mucha sensibilidad y arte.
Aromas para alimentos y bebidas: conjunto de percepciones que potencian las emociones
Vale la pena recordar que el acto de comer va mucho más allá de la nutrición. La degustación de un alimento puede producir una mezcla de percepciones que son conferidas por la integración de la visión, audición, olfato, tacto y gusto.
El conjunto de características del alimento como aroma, sabor, textura y crujiente deben estar en armonía, después de todo, si una galleta es blanda o con residual amargo, su comercialización estará invariablemente condenada al fracaso. Como esta percepción está relacionada con los cinco sentidos, cuanto mayor sea la alineación entre los atributos positivos de cada alimento o bebida, mayor será la posibilidad de obtener buenas experiencias de consumo.
Para lograr este placer y referirse a las buenas sensaciones, las industrias de ingredientes deben estar atentas a todas las notas, para reproducir las mejores experiencias. En este caso, hay algunas tecnologías que ayudan en la búsqueda del mejor rendimiento, ya sea en la aromatización para resaltar la identidad de un producto con sabor y olor característicos, para redondear off notes, como los alimentos a base de cereales, para garantizar un estándar de calidad con aromas encapsulados, o incluso para ofrecer el efecto long lasting, en un chicle, por ejemplo. No hay duda de que, para garantizar el nivel de excelencia y precisión de los atributos esperados, hay mucha ciencia y arte involucrados en la creación de aromas para alimentos y bebidas. Cuantos más sentidos sean estimulados positivamente e integrados por un alimento, mayor será el potencial para promover el placer en el acto de degustar. Y, en consecuencia, mayores serán las posibilidades de éxito.