La forma en que la humanidad produce y consume alimentos ha sufrido transformaciones significativas a lo largo del tiempo. Los consumidores de hoy están empezando a adoptar un comportamiento que va mucho más allá del precio. Valora todos los pasos involucrados en el sistema alimentario, desde el origen de los ingredientes, pasando por el procesamiento, la distribución y el consumo, hasta la eliminación en la naturaleza.
Por esta razón, en las últimas décadas hemos observado el surgimiento del término “saludabilidad”: un pensamiento cada vez más centrado en el bienestar, de una manera más holística e informada. Con estos movimientos, también se valoran más los productos y marcas que brindan salud a las personas y al planeta.
Se espera que el mercado mundial de alimentos a base de plantas alcance los $ 95,52 mil millones para 2029, creciendo a una CAGR del 12,4% durante el período de pronóstico de 2022 a 2029, según el Research and Markets Research Institute.
Plant-based y medio ambiente
Según el EAT-Lancet (un informe con lo que sería una dieta saludable a partir de un sistema alimentario sostenible), el consumo de proteínas animales supera los límites de los recursos del planeta, poniendo en riesgo el medio ambiente.
Por lo tanto, una dieta saludable, tanto para las personas como para el planeta, tendría que ser más basada en plantas, con la modesta inclusión de pescado, carne y productos lácteos.
¿Qué es la alimentación plant-based?
Muy brevemente, es una dieta basada en ingredientes de origen vegetal. Esto incluye no solo frutas y verduras, sino también nueces, semillas, aceites, granos enteros, legumbres y frijoles. No se excluyen necesariamente los alimentos de origen animal, sino más bien una dieta predominantemente vegetal.
Para entender mejor cómo estos alimentos encajan en diferentes dietas, explicamos a continuación los cinco patrones dietéticos:
– vegetariano, con predominio de alimentos de origen vegetal, sin consumo de carne;
– ovolactovegetariano, dieta vegetariana en la que se permite comer huevos, leche y derivados;
– pescitariano, que consume pescado y mariscos, pero excluye la carne de otros animales;
– flexitariano, cuando predominan los alimentos de origen vegetal y el consumo de pocos alimentos de origen animal;
– vegano, con predominio de alimentos de origen vegetal, sin consumo de carne, huevos y productos lácteos.
Clasificación de los plant-based
Los alimentos plant-based se adaptan a todos los tipos de dietas mencionadas anteriormente. A continuación se muestra la clasificación de los productos y para quién están destinados.
Half meat (menos habitual) – Producida con una cantidad reducida de proteína animal. Sirve al público flexitariano.
Meat like – Imitación de hamburguesas, nuggets, salchichas y otros, tanto en apariencia como en textura. Sirve al público vegano y flexitariano.
No meat – Proteína de origen vegetal con alto valor proteico. Sirve a los veganos, flexitarianos y aquellos que buscan productos de «celan label».
¿Cuáles son los ingredientes más utilizados?
- frijoles
- guisante
- lenteja
- habas
- garbanzos
- altramuz
- maní
- cereales
- arroz
- avena
- mijo
- quinoa
- chía
- sésamo
- linaza
- almendra
- maní
- anacardo
- avellana
- hongos
- coco
Con el crecimiento y la maduración del mercado basado en plantas, es posible encontrar productos que satisfagan las necesidades más diversas de los consumidores. Estos son algunos ejemplos:
Desafíos y conclusiones
Los principales desafíos en relación con las fuentes de alimentos proteicos son las garantías de suministro y distribución. En cuanto a la producción y el consumo de proteína animal, existe una gran preocupación por los impactos en la salud humana, el agotamiento de los recursos naturales, el cambio climático y el bienestar animal.
Estos problemas conducen a una adopción constante y creciente de dietas vegetarianas y veganas. La conciencia sobre la seguridad alimentaria para la creciente población mundial (alrededor de 10 billones de personas para 2050) impulsa la demanda de fuentes sostenibles de proteínas.
Aunque algunos insectos son excelentes fuentes de proteínas, no son ampliamente aceptados por los consumidores, principalmente debido a aspectos culturales. Los hongos y las algas son limitados en términos de suministro. Por lo tanto, las proteínas de origen vegetal continúan atrayendo más atención, con una fuerte tendencia de crecimiento.